En los cuadros de Julia Mendoza aparecen espontáneamente rostros de personas relacionadas con el espectador y pueden desaparecer en cualquier momento, dejando lugar a otras nuevas. Son figuras que brotan de la nada. A veces nos recuerdan a una persona conocida, las apariciones de estas figuras donde antes sólo había manchas de color son de una nitidez asombrosa. Pueden aparecer mientras la pintura está expuesta al público o, posteriormente, en la casa de quien la ha adquirido.
Esto puede ocurrir también en el estudio de la artista durante el proceso de creación del cuadro, ya sea fruto de la inspiración o consecuencia de un encargo. Y lo más asombroso es que estas figuras emergentes no siempre permanecen en el lienzo, a veces desaparecen y surgen luego otras nuevas. |